- Las dos fiestas patrimoniales del Caribe colombiano juntan esfuerzos para la salvaguarda de sus expresiones.
- Reyes Vallenatos del Acordeón y Canción Vallenata Inédita recibieron réplicas de la corona y trofeos como invitación al festival.
La Casa del Carnaval fue el escenario para un intercambio de experiencias entre las dos fiestas más representativas del Caribe colombiano: el Carnaval de Barranquilla y el Festival de la Leyenda Vallenata que, este año, celebrará su edición número 50 en homenaje a sus creadores.
La Fundación Festival de la Leyenda Vallenata, en cabeza de su presidente Rodolfo Molina Araújo, y la directora de Carnaval de Barranquilla S.A.S., Carla Celia, encabezaron el acto cultural entre las dos fiestas hermanas, con el propósito de unir esfuerzos en la conservación y promoción de las manifestaciones culturales y patrimoniales por excelencia de la Región.
“Para el Carnaval de Barranquilla es un honor recibir al Festival Vallenato, que desde su creación viene trabajando por difundir y preservar el género más simbólico del país”, aseguró Carla Celia.
En el evento, los Reyes del Carnaval de Barranquilla, Stephanie Mendoza Vargas y Germán Álvarez Cabrera, recibieron a los Reyes Vallenatos Alfredo Gutiérrez, Orangel ‘El Pangue’ Maestre, Alberto ‘Beto’ Villa, Luis Eduardo ‘Luchito’ Daza y Freddy Sierra; y los Reyes de la Canción Vallenata Inédita: Adrián Villamizar, Iván Ovalle, Rafael Manjarréz y Alfonso Cotes Maya, quienes recibieron réplicas de las coronas y trofeos como una invitación honoraria a la fiesta de acordeones más grande del mundo, a celebrarse del 26 al 30 de abril.
“Con este reconocimiento queremos incentivarlos a participar en la cuarta versión del Concurso Rey de Reyes que, a diferencia de versiones anteriores, no tendrá límite de edad con la finalidad de acoger la mayor cantidad de Reyes Vallenatos”, explicó Rodolfo Molina Araújo.
Carnaval de Barranquilla se complace en apoyar la promoción y salvaguarda del Festival Vallenato en la celebración de sus 50 años de existencia, cuya expresión fue declarada Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en 2016.
